
¡Hola, Behind Gaming! ¿Cómo están? Soy Rigo Domínguez, y como cada semana vengo a compartirles una nueva reseña de un videojuego independiente que pueden encontrar en la comodidad de su Nintendo Switch. En esta oportunidad, nos toca hablar acerca de un título llamado Strayed Lights. ¿De qué se trata? ¿Qué tal está? Vamos rápido con el análisis para que puedas darte una idea.
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Publicado y desarrollado por el equipo de Embers, Strayed Lights es un “juego inmersivo de aventura y acción ambientado en un mundo onírico sin palabras de corrupción y sombras. Eres una luz naciente que se embarca en una travesía para liberarte de las garras de las sombras que te rodean”. Todo esto, en palabras de sus creadores.
Tan pronto como cuando empezamos a jugar, es fácil quedar enamorado de lo que vemos en pantalla y lo que escuchamos por los altavoces. Impresionantemente hermoso, es la manera en que puedo descubrir ambos aspectos.

Somos una brasa de energía parpadeante que poco a poco va creciendo y haciendo más fuerte. Aunque simple, el diseño del personaje principal me gusta. La mecánica principal en los combates es la defensa. Cuando nos atacan, los enemigos tienen partes que parpadean de color azul o rojo. Lo que tenemos que hacer nosotros, es cambiar nuestro color (con el botón R) para que sea del mismo del rival en turno y entonces poder rechazarlo (hacer un parry con el botón L). Si lo hacemos bien, absorbemos su energía para curarnos con ella. Si acumulamos una cantidad importante de energía, podemos lanzar una potente explosión de luz. Hay algunos ataques, los de color morado, que no podemos contraatacar, por lo que la única opción es esquivarlos.
Los controles no se sienten tan precisos, aunque están lejos de considerarse como “rotos”. Una vez que le agarras el ritmo, el combate es muy satisfactorio. Lo malo, es que muy pronto pierde su encanto por lo repetitivo que se vuelve. Además, los enemigos que encontramos son prácticamente los mismos, ofreciéndonos la misma pelea una y otra vez, en escenarios que además se sienten vacíos. A veces hay uno que otro reto interesante, pero la mayoría del tiempo se siente más fácil de lo que debería.

Aunque morir no es tan fácil por los enemigos, sí lo es por las secciones de plataformas que no están tan bien diseñadas. Normalmente, no es tan fácil distinguir las zonas seguras de las que nos lo son, además de requerir en ocasiones saltos muy precisos. Al final, no morir tanto se vuelve un alivio, ya que eso significa que no debemos pasar muy seguido por esa aduana que son las pantallas de carga, ya que éstas son bastante tardadas. Hablando de las fallas, el juego tiene ralentizaciones muy notorias, bajando notablemente de los 30 cuadros por segundo. Aunque nunca se cerró inesperadamente, hubo momentos en los que pensé que sí pasaría.
Un aspecto que no quiero dejar de resaltar, es la historia. Puntualmente, la forma en que es contada, que carece de todo tipo de palabras. La narrativa se basa 100% en lo que hacemos y vemos en pantalla, lo cual no es nada sencillo de lograr. Por cierto, la duración del juego es de unas 8 horas aproximadamente, tiempo que puede ser un poco más largo si nos ponemos a encontrar todos los secretos.

Conclusión
Strayed Lights es de esos videojuegos que se sienten como algo fresco, diferente y especial, lo cual tiene un gran mérito. El combate es satisfactorio, con visuales y sonidos sobresalientes. Lamentablemente, la experiencia se vuelve repetitiva y carente de vida como consecuencia de la poca variedad de enemigos y escenarios vacíos, además de un deficiente apartado técnico (largos tiempos de carga e inconsistencias visuales). Con todo y sus defectos, si te sobran unos cuantos centavos, vale la pena que consideres echarle un ojo por lo diferente que es. Esperemos el estudio pueda ofrecernos una experiencia mejor en su siguiente título.
Calificación
Y listo, con eso damos por finalizada la reseña de esta semana. Como siempre, muchísimas gracias a Behind Gaming por el espacio, y por ser un medio que continúa brindándole la atención que se merecen a los juegos desarrollados por estudios independientes. Hay muchas joyas por ahí sin tanto reflector, y es bueno saber que alguien está en busca de ellas. ¡Hasta la próxima!
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