
Grapple Dog es uno de esos juegos que sabes que será especial, aún sin haber jugado un solo segundo, simplemente por lo bien cuidado que luce su aspecto gráfico. Pero la sorpresa es todavía mayor cuando descubres que sus mecánicas son sumamente adictivas terminando así de redondear una gran experiencia, convirtiéndolo en un serio aspirante a plataformero del año.
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Empecemos por el que probablemente sea su aspecto más flojo: la historia. Pablo, el peludo protagonista, cae por accidente en una especie de cueva donde encuentra una cabeza robótica la cual le pide ayuda, de forma interesante, este proceso funciona como tutorial, mostrándote los movimientos posibles para este carismático canino. Una vez que llegas al final del nivel, la cabeza logra unirse al resto de su cuerpo dando comienzo así a la aventura y tu objetivo: detener al malvado Nul.

La distribución de los niveles y su perspectiva isométrica, previo al comienzo de cada uno, hacen recordar por momentos al mapa de Super Mario World con la diferencia de que Pablo debe desplazarse en barco ya que se trata de pequeñas islas, en lugar de una gran extensión de tierra. Dentro de la embarcación, viajan contigo un par de personajes que te ayudan a desarrollar objetos y darte un poco de contexto sobre lo que está sucediendo en el mundo.
Como detalle especial, dentro de este mismo vehículo se encuentra una especie de Game Boy, el cual puedes tomar para jugar un shooter ambientado en el Viejo Oeste donde simplemente disparas a serpientes, buitres y otros animales con el único objetivo de alcanzar la puntuación más alta. Se agradece que, dentro de sus limitaciones técnicas, el desarrollador se haya dado tiempo de crear este pequeño tributo a la consola portátil.

En cuanto a las mecánicas de juego, podemos encontrar dos referencias claras: Sonic y Donkey Kong. En el caso del erizo azul tenemos los ataques, ‘haciéndote bolita’ para saltar sobre los enemigos y logrando ejecutar ‘combos’ yendo de uno tras otro. Lo que respecta al gran simio es más evidente. En primera, el gancho que utiliza Pablo podemos asociarlo fácilmente con las lianas presentes desde la serie Donkey Kong Country, pero no se queda ahí, en todos los niveles encuentras cajas con símbolos de destrucción para romperlas y cañones que te ayudan a quebrar objetos duros como bloques metálicos o paredes, algo que -sin duda- la emblemática saga de Nintendo ha hecho famoso.
Hablando del diseño de escenarios y la ubicación de los objetos, Grapple Dog recuerda en cierta medida a Celeste. Sin llegar a ser tan complejo como el clásico indie de Extremely OK Games, sí nos encontramos ante un buen reto si eres de los que gusta de coleccionar hasta la última moneda de cada nivel. Justamente esta avaricia es recompensada porque obtendrás diversos objetos de acuerdo al desempeño que hayas tenido a lo largo del nivel. Básicamente, la única forma de pasar al 100% el juego es dejando ‘limpio’ cada uno de los escenarios.

De hecho, al término de cada nivel se encuentra un recuento de todo lo obtenido, sumando así cada una de las frutas (el sustituto de las monedas) recogidas, monedas moradas y botón B (el cual te da acceso a niveles alternos). Todo lo anterior se suma en barras que se van llenando y haciéndote notar todo lo que te faltó recolectar, esto nos recordó a los clásicos de Ubisoft, Rayman Origins y Legends.
Las batallas contra los robóticos jefes son de lo más entretenidas, obligándote a ‘dominar’ el arte de engancharte por los techos, algo que aprendes en cada uno de los 33 niveles disponibles. Gráficamente, el juego luce como un título perdido de Game Boy Advance, lo cual para nada es una queja, todo lo contrario. Igualmente, la banda sonora tipo urbana con toques retro te incita a seguir en movimiento yendo completamente acorde a la jugabilidad necesaria.

Conclusión
Es complicado encontrar algún punto negativo, tal vez lo único que se podría mencionar sería el hecho de no ofrecer algo realmente nuevo ya que -como mencionamos con anterioridad- todo lo mostrado ya está presente en otras sagas emblemáticas. De cualquier forma, Grapple Dog logra ser un juego sumamente recomendable tanto para aquellos que solo busquen pasar un rato agradable como para aquellos ‘más clavados’ que deseen un reto y coleccionar cada uno de los objetos presentes en los escenarios. La versión jugada para la realización de esta reseña fue la de Nintendo Switch, la cual no presentó ningún problema en temas de resolución o tiempos de carga, algo común en la consola.
Además de la híbrida japonesa, el título está disponible en Steam, siendo un desarrollo de Joseph Gribbin, mediante su estudio Medallion Games, distribuido por Super Rare Originals (recordemos que es el primer juego publicado por esta filial de Super Rare Games). Por cierto, si se lo estaban preguntando, sí, es posible acariciar a Pablo, esto al término de cada nivel.
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